Un pasaporte anulado por Batista, legado «in memoriam» a la Caja de las Letras del poeta cubano Nicolás Guillén
Madrid, 21 de octubre de 2025

- El documento legado por la Fundación del autor fue inutilizado cuando Guillén se encontraba en Chile y estalló la revolución cubana
- El depósito en la caja número 1146 se completa con un dibujo y una edición príncipe de su poemario Sóngoro Cosongo
La Caja de las Letras del Instituto Cervantes ha recibido este martes 21 de octubre un pasaporte anulado por el Gobierno de Fulgencio Batista para el legado in memoriam homenaje a Nicolás Guillén, (1902–1989), reconocido como el Poeta Nacional de Cuba y autor del poema La muralla que inspiró la canción homónima cantada por Ana Belén y Víctor Manuel.
En el acto han participado el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el presidente de la Fundación Nicolás Guillén y nieto del poeta, Nicolás Hernández Guillén.
García Montero ha recordado que Guillén fue un poeta que «llevó la tradición cultural española al dialogo con la identidad cubana y represento el espacio de color cubano o el negrismo». Además, ha destacado que su compromiso político «se potenció» a partir del golpe de Estado de Batista y se caracterizó en su literatura por «un dialogo entre la cultura y la conciencia social».
«En España se convirtió en autor de referencia, porque aparte de su calidad literaria y su diálogo con la literatura española, fue un poeta musicalizado y en nuestras plazas y calles se cantaron sus versos a través de la música de Ana Belén y Víctor Manuel, que nos animó a estar abiertos y derribar todas las murallas», ha concluido.
Por su parte, el nieto del poeta ha explicado que este pasaporte que ya ha entrado a la caja número 1146 del Instituto fue utilizado por Guillén cuando viajó a Chile para participar en un Congreso Latinoamericano de Escritores en el año 1953. En ese momento se inició la Revolución Cubana, y ese viaje «se convirtió en exilio ante la imposibilidad de regresar».
«Cuando más presionado estaba, pasó gran parte del exilio en Francia, si bien las autoridades francesas comenzaron a presionarlo para que abandonara el país porque era incómodo para ellos y a la dictadura de Batista le pareció un momento apropiado para inutilizar su pasaporte», ha apuntado.
De hecho, este pasaporte cuenta con un cartel que va de lado a lado con la palabra ‘inutilizado’. Guillén recibió un plazo de 21 días para abandonar Francia y únicamente pudo salir gracias a la intermediación de su amigo Rafael Alberti, que en ese momento se hallaba en Argentina.
El presidente argentino del momento, Arturo Frondizi, también era admirador de la obra de Guillén, y dio órdenes de aceptar cualquier solicitud de asilo del poeta. «Y de ese modo viajó a Argentina, donde le esperaban Rafael Alberti y María Teresa León, con un afecto, cariño y familiaridad en contraste con la hasta entonces durísima estancia en el exilio», ha remarcado.
Sóngoro Cosongo
Los otros componentes del legado son el ejemplar de la edición príncipe de Sóngoro Cosongo, dedicado por Guillén a su esposa. «Este poemario es tal vez el más importante de su obra y viene de una edición de 300 ejemplares que Guillén financió con dinero de un premio de la lotería», ha apuntado. La dedicatoria de esta edición, con el número 2, dice: «Para Rosa, con el mucho cariño que le tiene su sóngoro cosongo».
Por último, el legado se ha completado con dibujo de Guillén, con el título de la pieza de su autógrafo. «Es una viñeta a la que tituló Salina con hombre, porque era alguien con un elevado sentido del humor y disfrutaba mucho haciendo estas cosas», ha indicado.
Identidad mestiza
La obra de Guillén se caracteriza por una poesía comprometida con la justicia social y la identidad mestiza. Fue pionero de la poesía negra en lengua española y militante comunista, apoyando activamente la Revolución Cubana. Entre sus poemas más célebres se encuentra Balada de los dos abuelos, símbolo de reconciliación entre sus raíces africanas y europeas.
Su extensa obra comienza muy temprano, con artículos periodísticos en su ciudad natal y poemas que no aparecieron en su momento. Entre sus poemarios destacan Motivos de son (1930), Sóngoro Cosongo (1931), West Indies, Ltd. (1934), España. Poema en cuatro angustias y una esperanza (1937) o Cantos para soldados y sones para turistas (1937), entre otros.
Su obra prosística ha sido recogida en Prosa de prisa, cuatro volúmenes organizados por Ángel Augier, el último de los cuales apareció en 2006. Su participación política desde las filas del Partido Socialista Popular le valió el exilio durante la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958). Fue fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (1961) de la que sería presidente hasta su muerte, ocurrida en 1989. Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas.
Pie de foto → De izda. a dcha.: el presidente de la Fundación Nicolás Guillén y nieto del poeta, Nicolás Hernández Guillén; el director del Cervantes, Luis García Montero; la secretaria general del Instituto, Carmen Noguero; la mujer de Nicolás Hernández, María Virginia; y el embajador de Cuba en España, Marcelino Medina. Foto: Instituto Cervantes / Valentina Deluca.
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