Un manuscrito, varios libros, y una rosa de papel, legado «in memoriam» de Vicent Andrés Estellés a la Caja de las Letras
Madrid, 04 de septiembre de 2024

- Homenaje en el día de su centenario a uno de los intelectuales que más contribuyó a la difusión y recuperación de la lengua valenciana tras la dictadura
- García Montero: «Firmó algunas de las obras más altas de la poesía catalana del siglo XX»
La Caja de las Letras del Instituto Cervantes ha recibido hoy el legado in memoriam del poeta y periodista Vicent Andrés Estellés (1924-1993), considerado uno de los principales renovadores de la poesía en valenciano.
Entre los objetos depositados en la cámara acorazada de la institución se encuentran un manuscrito del autor; la antología Oli calent del gresol de la vida (2024), que reúne sus tres primeros poemarios, Ciutat a cau d'orella (1953), La nit (1956) y Donzell amarg (1958); el poemario Llibre de meravelles (1971); la biografía Vicent Andrés Estellés. La veu d’un poble (2024), de Pau Alabajos; la antología de textos en homenaje al poeta Un ram convuls de síllabes de vidre (2024); un álbum con fotografías personales; dos banderas de la Comunidad Valenciana (una de ellas de 1979, año en el que atacaron un busto erigido en su honor en su localidad natal, Burjasot); dos memorias USB con una relación de las actividades realizadas y previstas con motivo del centenario de su nacimiento; y una rosa de papel, símbolo que popularizó con su poema Cançó de la rosa de paper, en el que homenajea al escritor cubano José Martí.
En la entrega del legado, que se ha celebrado en el día en que Estellés hubiese cumplido cien años y que ha sido guardado en el cajetín n.º 1508, han participado Luis García Montero, director del Cervantes; María José Gálvez, al frente de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura; Carmina Andrés Lorente, hija del poeta, y Jordi Martí Grau, secretario de Estado de Cultura.
«Pocos poetas ha tenido la literatura catalana escrita en valenciá con la incidencia social y cívica de Vicent Andrés Estellés», ha asegurado García Montero.
«Optó por la poesía como una forma de salvación, para huir de la hostilidad, el miedo y las prohibiciones que le tocó vivir, y lo hizo a través de un uso coloquial de la lengua, elevando por primera vez el lenguaje popular valenciano a la categoría de lengua literaria», ha afirmado el director del Cervantes, quien se ha declarado «heredero poético» de Estellés, un autor que cantó siempre «desde la esperanza, la perseverancia y la alegría, por encima de todas las cosas».
«Preservar la memoria de nuestros creadores y creadoras y hacerlo abriéndose a la pluralidad, a las distintas lenguas de un país, es un ejercicio de democracia que emociona», ha subrayado María José Gálvez, quien ha recordado el compromiso de Vicent Andrés Estellés «con la palabra y la memoria», «el mejor legado que podemos dejar a las generaciones futuras».
«Mi padre era un poeta del pueblo, "Jo sóc ningú, Ningú m'anomene"», («Yo no soy nadie, me llamo "Nadie"»). Con estas palabras ha comenzado su intervención Carmina Andrés, hija de Estellés, quien ha explicado el contenido del legado, que se abrirá dentro de cincuenta años. «Somos conscientes de que algunos ya no estaremos, pero los más jóvenes podrán constatar la participación coral de una parte importante del pueblo valenciano en la celebración de este centenario, lo cual para nosotros es un orgullo».
Para el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau, Estellés reunía «una característica fundamental y no generalizada entre los poetas»: una calidad literaria «indiscutible», a la vez que «una humildad que lo ha hecho un poeta no solo reconocido por la crítica y los intelectuales, sino sobre todo por sus conciudadanos».
Han estado a su vez presentes en el acto Ximo Puig, expresidente de la Generalitat Valenciana; Verónica Cantó e Inmaculada Cerdá, presidenta y secretaria de la Acadèmia Valenciana de la Llengua respectivamente; Àngels Gregori, comisaria del Año Estellés, y Carmen Noguero, secretaria general del Cervantes.
El acto ha concluido con una interpretación de dulzaina y tabal de la célebre canción popular valenciana La Muixeranga, a cargo de los músicos Cristina Martí y Pau Llorca.
Una sólida cultura literaria
Estellés fue uno de los intelectuales que más contribuyó a la difusión y recuperación del valenciano tras la dictadura. Entre los premios con los que fue distinguido destacan el Premio de Honor de las Letras Catalanas (1978), el Premio de Honor de las Letras Valencianas (1984), y la Medalla de Oro de las Bellas Artes del Ministerio de Cultura (1994) a título póstumo.
De una sólida cultura literaria, compaginó durante gran parte de su vida su oficio de periodista con su vocación de poeta. Estellés se caracterizó por el carácter popular de su obra, que le condujo a conectar con distintas generaciones de lectores.
Escribió sobre la vida cotidiana del pueblo valenciano, sobre su alegría de vivir, pero también sobre la dureza inclemente de la posguerra, desde una mirada impregnada de libertad.
Entre sus obras destacan Llibre de meravelles, crónica sobre el período de la posguerra en la ciudad de Valencia; y el Mural del País Valencià, dos mil páginas divididas en 27 libros y tres volúmenes que componen un canto único de la historia, el paisaje, los pueblos, la gente y la cultura del pueblo valenciano.
Pie de foto: Luis García Montero, director del Cervantes, y Carmina Andrés Lorente , hija de Vicent Andrés Estellés, posan con parte del legado del escritor. Foto: Instituto Cervantes / Valentina Deluca.
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