La «iberoamericanización» del Cervantes, una realidad con avances palpables
09 de octubre de 2013
- Víctor García de la Concha desgrana cómo se implican los países hispanohablantes en la promoción común del español
Hace ahora un año, en el Patronato del Instituto Cervantes se planteó la conveniencia de "compartir el liderazgo de la difusión del español con todos los países hispanohablantes”. Hoy, doce meses después, el director de la institución ha presentado a los patronos el balance del curso que ha concluido y los proyectos en marcha. Aquel cometido de “iberoamericanización” del Cervantes es ya una realidad con avances palpables.
Víctor García de la Concha ha desgranado ante los periodistas los pasos concretos que ha dado el Instituto en ese proceso de implicar a Iberoamérica en la promoción internacional del español. Antes de la reunión anual del Patronato que hoy ha presidido el Príncipe Felipe en el Palacio de la Zarzuela, el director del Cervantes ha expuesto los hitos de esa carrera de fondo en la que la colaboración y las sinergias son los pilares de una política que no merma en absoluto la total autonomía de cada país o institución cultural.
Primer acuerdo destacable: México y España se ceden recíprocamente sus centros culturales en terceros países. Esto se traduce, por ejemplo, en que el Instituto Cervantes puede utilizar los 14 centros de cultura mexicana que hay en EEUU. “Algo importantísimo -ha dicho García de la Concha- porque a Estados Unidos no podemos ir si no es del brazo de Latinoamérica, y en concreto de México”.
Además, la Universidad Nacional Autónoma de México, la mayor de ese país, colabora ya con el Cervantes en diversos proyectos. La UNAM cuenta incluso físicamente con unas dependencias en la propia sede central del Instituto en Madrid, donde ha instalado el Centro de Estudios Mexicanos, que se inaugurará el 25 de noviembre.
México, con más de 100 millones de hispanohablantes, es el primer país con el que se coopera pero no el único. Colombia (Instituto Caro y Cuervo), Chile y Perú recorren el mismo camino con acuerdos que se están negociando. “En este curso creo que podríamos tener aquí a los cuatro países de la Alianza del Pacífico”. Con ello se visualizará ese trabajo coordinado entre naciones que comparten mucho más que el idioma.
Más ejemplos del proceso para “iberoamericanizar” el Cervantes: ha suscrito un acuerdo con todas las Academias de la Lengua Española. En ese marco, Paraguay, Ecuador, Guatemala, Honduras y Nicaragua han pedido ayuda al Instituto para organizar cursos de español a indígenas semihablantes de nuestra lengua, cursos que se impartirán en sedes de la AECID.
Y, por supuesto, Harvard (EEUU). El próximo día 18 se celebrará la inauguración del nuevo Instituto Cervantes en esa prestigiosa universidad norteamericana creada en 1636. Es un centro para el análisis del español que se ha puesto en marcha gracias al patrocinio del Banco Santander.
El patrocinio privado es, en efecto, una de las claves para poder expandirse por el mundo en unos momentos de reducción de presupuestos (en 2014 mermarán un 3,2%) y de contención de gastos. “No renunciamos a abrir nuevos centros o Aulas Cervantes”, ha dicho el secretario general del Instituto, Rafael Rodríguez-Ponga, siempre que haya fondos disponibles, sea a través del presupuesto público, de patrocinios, de convenios de colaboración, etc.
Un modo de conseguir instalarse en nuevos países o zonas –interesan sobre todo EEUU, Asia y Oriente Medio- sería a través de Aulas Cervantes en universidades que tengan lectorados. Una fórmula que podría emular al Instituto Confucio, con el que China divulga su milenario idioma a través de 900 centros por todo el mundo.
Garante de la calidad de la enseñanza
Del balance que hoy ha conocido el Patronato, destaca el número de estudiantes: se registraron casi 240.000 matrículas. Casi la tercera parte de ellas –un total de 91.700- fueron altas en los cursos por Internet con tutor del Aula Virtual de Español (AVE), considerado “el mejor producto en esa línea”, y que ofrecen un total de 345 entidades.
En un momento en que el aprendizaje de idiomas cambia a marchas forzadas, el Cervantes apuesta por su enseñanza a través de Internet, así como por las clases a grupos específicos: español para economistas, médicos, empresarios… Pero, sobre todo, apuesta por convertirse en “garante de la calidad de la enseñanza”. Es decir, por formar a buenos profesores, “de los que hay un gran déficit”.
Ser profesor de español en el extranjero: ahí hay un importante nicho laboral. En muchos países, sobre todo en Brasil y en China, se buscan docentes de español porque la demanda supera ampliamente a la oferta. El Cervantes también centra sus esfuerzos en la acreditación de las numerosas escuelas de idiomas que aspiran a contar con el aval que les otorga el Instituto.
Y una tercera faceta en su trabajo por la calidad de la enseñanza del español: la evaluación y certificación. Más de 66.500 aspirantes se examinaron el último curso para obtener el Diploma de Español como Lengua Extranjera. El Cervantes, que concede los DELE en nombre del Ministerio de Educación, está inmerso en un proceso de digitalización y modernización del sistema. Con ello los diplomas se obtendrán con mayor celeridad, habrá más convocatorias anuales (actualmente hay tres), más modalidades (por ejemplo, para niños) y se creará un examen online que sirva de autodiagnóstico del nivel de conocimientos de español.
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