Hoy se inaugura en Gijón «Nicolás Muller. La mirada comprometida», con 75 imágenes para descubrir al gran fotógrafo húngaro
01 de julio de 2021
- La muestra, organizada por el Instituto Cervantes y el Ministerio de Cultura, podrá visitarse hasta el 22 de agosto
Hoy se inaugura en el Museo Barjola de Gijón (Asturias) la exposición «Nicolás Muller. La mirada comprometida», organizada por el Instituto Cervantes y el Ministerio de Cultura, que reúne 75 fotografías -en su mayoría inéditas- de Nicolás Muller (Orosháza, Hungría, 1913 - Llanes, Asturias, 2000). Asistirán el director de Gabinete y la directora de Cultura del Instituto Cervantes, Martín López-Vega y Raquel Caleya, respectivamente; el director general de Cultura y Patrimonio del Principado de Asturias, Pablo León Gasalla, y los dos comisarios, Ana Muller y José Ferrero.
La exposición, un recorrido vital por los países en los que Nicolás Muller vivió, está integrada por fotografías tomadas entre los años 1930 y 1960 en España, Francia, Hungría, Marruecos y Portugal.
Los comisarios, Ana Muller, hija del fotógrafo, que ha custodiado los negativos, y José Ferrero, han seleccionado imágenes que permiten al visitante descubrir la obra del artista y comprobar la gran calidad del trabajo que realizó. La muestra permanecerá abierta al público en el Museo Barjola (c/ Trinidad 17, Gijón) hasta el próximo 22 de agosto.
Muller forma parte de esa excepcional nómina de fotógrafos húngaros sobradamente conocidos como Robert Capa, André Kertész, László Moholy-Nagy, Martin Munkácsi, Brassaï o Lucien Hervé.
Nicolás Muller fue testigo de una época que llenó Europa de cicatrices, y realizó un registro notarial de lo que era la vida obrera de su tiempo. Vivió y sufrió los principios del nazismo y, en su búsqueda de una sociedad libre, fue recalando en varios de los países que caían bajo el influjo de la barbarie nazi -Austria, Italia y Francia-, o que tenían sus propias dictaduras, como Portugal o España (donde se instaló, en Madrid, en 1948).
Imágenes inéditas o «desfiguradas»
Con esta exposición se pretende ampliar el conocimiento de la obra de Nicolás Muller a través de instantáneas que, en su mayoría, son inéditas. Se trata de imágenes que nunca llegó a producir o que forman parte de trabajos editoriales que solo utilizaron una pequeña parte de las mismas. En muchos casos, podría decirse que «desfiguradas», puesto que fueron reencuadradas para adaptarse a las necesidades de las publicaciones, lo que las hizo casi irreconocibles respecto a la toma original.
Los negativos permanecieron casi olvidados durante años, buena parte de ellos custodiados por su hija, Ana Muller, y otros, cedidos por el Archivo de la Comunidad de Madrid, Fondo Nicolás Muller. Ahora, la salida a la luz de estas imágenes permite ampliar el registro que teníamos del reconocido fotógrafo.
Una frase de su gran amigo Fernando Vela, secretario de Ortega y Gasset, buen conocedor de su obra (y la persona que dio a conocer Asturias a Muller en 1947, donde residiría desde 1980 hasta su muerte en 2000), define con precesión su obra: «La fotografía de Nicolás Muller es pura, capaz de extraer el alma de las cosas y con un nítido perfil de autor».
«Nicolás Muller. La mirada comprometida», que pudo verse por primera vez en Madrid esta primavera (del 26 de marzo al 30 de mayo), recala ahora en Gijón, y después viajará por diferentes sedes del Instituto Cervantes coincidentes con los lugares en los que vivió y que están reflejados en las obras de la muestra: Marruecos, Francia, Hungría y Portugal.
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