Funcionarios de prisiones y voluntarios de ONG aprenden con el Instituto Cervantes cómo enseñar español a reclusos extranjeros

18 de junio de 2019

  • Luis García Montero: el Instituto está orgulloso de «contribuir a la reinserción social a través de la formación»
  • Unos 1.500 presos participan en proyectos para aprender español, desvela el secretario general de Instituciones Penitenciarias

El Instituto Cervantes y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias han puesto en marcha el primer Curso de didáctica de Español como Lengua Extranjera dirigido a funcionarios de prisiones y a voluntarios de ONG que enseñan español a reclusos extranjeros no hispanohablantes.

De los 51.000 presos que hay en España, unos 9.000 no conocen suficientemente el español. De estos, más de 1.500 (casi todos varones, excepto un centenar de mujeres) participan en proyectos para aprender o mejorar su dominio de la lengua. Este nuevo curso –una iniciativa sin precedentes del Cervantes e Instituciones Penitenciarias– les facilitará la reinserción sociolaboral tras su puesta en libertad.

«La salud democrática de un país tiene mucho que ver con cómo concibe su sistema penitenciario» y con el funcionamiento de sus cárceles como «espacio de reinserción y reeducación de los internos», dijo el director del Instituto Cervantes al presentar esta nueva línea de cooperación. Luis García Montero destacó ante los medios informativos la satisfacción del Instituto por «participar en procesos de reinserción social a través de la formación».

El secretario general de Instituciones Penitenciarias reconoció su sorpresa al recibir una llamada telefónica («algo no frecuente» en su cargo) en la que García Montero le proponía esta colaboración. Ángel Luis Ortiz agradeció al Cervantes esta iniciativa que «os tiene que llenar de orgullo», que beneficiará a numerosos reclusos procedentes de países no hispanohablantes y que incluso en un futuro podría ampliarse a reclusos de habla española que quieran mejorar su nivel de español.

El curso de didáctica de Español dura 20 horas y tiene dos partes. La primera se imparte en dos días (ayer 17 de junio, y hoy día 18) en el Centro de Estudios Penitenciarios, en Madrid. La segunda tendrá lugar en la sede del Instituto Cervantes los próximos 4 y 5 de noviembre.

Con un máximo de 30 participantes, está dirigido a funcionarios de Instituciones Penitenciarias que ejercen como educadores y a voluntarios de ONG que enseñan en las cárceles. A ellos se suman profesores, dependientes de las consejerías de Educación de las comunidades autónomas, que imparten enseñanza reglada en centros penitenciarios.

Primero, en la prisión de Aranjuez

Estos colectivos, manifestó el director académico del Cervantes, Richard Bueno, están acostumbrados a la docencia. Pero reconocían tener ciertas carencias a la hora de enseñar español a extranjeros, por lo que pidieron ayuda técnica al Instituto. Algunos responsables del Cervantes visitaron la cárcel de Aranjuez (Madrid) y abordaron el problema con su personal. Así se cimentó el proyecto, que previsiblemente se reproducirá en otras prisiones de España, y que aportará a funcionarios, ONG y profesores las herramientas didácticas y metodológicas que mejorarán su labor como enseñantes de lengua española.

Esta cooperación entre ambas instituciones es heredera de otro compromiso que adquirió el Cervantes en 2010 –y que continúa en vigor– por el cual el Instituto desplaza un tribunal de examen a la prisión correspondiente en caso de que algún recluso o reclusa no hispanohablante desee examinarse para obtener el Diploma de español DELE. También se contempla si una persona en prisión quiere realizar la prueba CCSE (conocimientos constitucionales y socioculturales de España), cuya superación es necesaria para obtener la nacionalidad española por residencia en nuestro país.


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