El legado de la ministra de Cultura de Colombia en la Caja de las Letras apuesta por la protección de las lenguas indígenas
16 de septiembre de 2021
- Tras recibir los siete libros del Instituto Caro y Cuervo, García Montero defiende «la convivencia entre unidad y diversidad»
La ministra de Cultura de Colombia, Angélica Mayolo, depositó esta tarde en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado del Instituto Caro y Cuervo (ICC) formado por una selección de publicaciones relacionadas con el patrimonio lingüístico y el carácter multicultural de Colombia, un país que cuenta con más de 65 lenguas indígenas vivas, dos lenguas criollas, la lengua gitana y la lengua de señas colombiana, además del español.
El legado quedó guardado en la caja número 1420 de la cámara acorazada de la sede cervantina hasta que pase a integrarse en la Biblioteca Patrimonial del Cervantes. El acto sirvió para constatar el compromiso del Caro y Cuervo con el estudio, la salvaguardia y la difusión de esas lenguas, y también para expresar la necesidad de defender los idiomas minoritarios (algunos, en peligro de extinción) y la pervivencia del multilingüismo.
El nutrido legado, según desgranó Juan Manuel Espinosa Restrepo, subdirector académico del ICC, contiene ejemplares de Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano, de Rufino José Cuervo; Obras inéditas, también de Cuervo (la primera obra que editó el ICC cuando aún no llevaba este nombre); Literatura romana, de Federico Leo; o el reconocido Diccionario de Colombianismos.
También, El hombre sin miedo. La historia de Sixto Muñoz, el último tinigua, en el que Ricardo Palacios y Katherine Bolaños abordan el caso real del último hablante que queda de esta lengua; Un acordeón tras la reja, del intelectual Manuel Zapata Olivella; y Tipos heroicos. Letras, orlas y rayas de la Imprenta Patriótica, de Ignacio Martínez-Villalba.
Por último, las traducciones a 11 lenguas nativas de Colombia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Ley de Lenguas Nativas de 2010.
«Los matices nos hacen ricos»
El director del Cervantes, Luis García Montero, manifestó su admiración por el trabajo que viene desarrollando el ICC desde su creación en 1942, y que le valió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1999. Afirmó que «las riquezas de las comunidades son sus lenguas y sus culturas», y que «los filólogos hemos aprendido la convivencia entre la unidad y la diversidad: los matices nos hacen ricos».
El legado dejado hoy, destacó, continúa la estela abierta por el del colombiano Andrés Bello (la primera edición de su prestigiosa Gramática), que quedó guardado en la Caja de las Letras cuando se presentó en el Cervantes la plataforma Canoa.
«Un país multicultural y multiétnico»
Por su parte, Angélica Mayolo afirmó que, si bien el ICC trabaja por fomentar el uso y aprendizaje del español, tiene ante sí el reto de que «no se pierdan nuestras lenguas nativas», por lo que está obligado a protegerlas. Estas «valiosas investigaciones» son, dijo, reflejo de la diversidad del mundo hispano y muestra de que «somos un país multicultural y multiétnico».
Y terminó afirmando que los mejores actos de la amistad entre ambos institutos «están por venir, seguiremos trabajando por preservar nuestra memoria».
Concluido el acto, que contó con la presencia del secretario general de ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española), Francisco Javier Pérez, se firmó la prórroga por tres años más (hasta 2024) del acuerdo de colaboración cultural de 2018.
Se cierra así una semana de intensa actividad cultural en la Caja de las Letras, que ha recibido legados de Rubén Darío (entregado por el también escritor nicaragüense Sergio Ramírez), el cubano Leonardo Padura y el salvadoreño Horacio Castellanos Moya, además del Grupo Planeta.
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