El Instituto Cervantes quiere convertir el español en «un idioma de ciencia»

16 de noviembre de 2018

  • García Montero inauguró la jornada sobre periodismo y divulgación científica 
  • Destacados expertos debaten sobre cómo difundir en la sociedad los avances de los investigadores

El Instituto Cervantes celebró este jueves la jornada «Ciencia y periodismo: el reto de divulgar el conocimiento científico», en la que se analizó la importancia y responsabilidad crecientes de los medios informativos en la difusión de los nuevos conocimientos y avances de la ciencia

Esta tercera edición de las Jornadas de Medios de Comunicación y Cultura en Español que el Cervantes organiza desde 2016 parten de la conmemoración del V centenario de la Primera Vuelta al Mundo por Magallanes y Elcano (1519-1522), la primera gran expedición científico-política de la historia. 

El director del Instituto Cervantes manifestó en su bienvenida la firme apuesta de la institución por reforzar el peso del español y convertirlo en «un idioma de ciencia» con iniciativas como estas jornadas. 

Luis García Montero lamentó que el español no sea «aún una lengua de amplia presencia en el ámbito científico» a pesar de ser el segundo idioma de comunicación internacional y en número de hablantes nativos. Por eso, insistió, «el futuro del español pasa por convertirlo en un idioma para la ciencia».

«Como poeta –dijo–, siempre he creído que hay un vaso comunicante entre ciencia y poesía», porque la ciencia debe cumplir una «tarea humanista» en beneficio de todos. Confío –concluyó– en que estas jornadas sirvan para que el español pueda ocupar el lugar que le corresponde en el ámbito científico, una tarea en la que los medios de comunicación «son una pieza clave».

Ciencia «puntera e innovadora»

El subsecretario del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Pablo Martín González, felicitó al Instituto Cervantes por «esta fantástica iniciativa» que ayudará a que los avances de la ciencia y la tecnología lleguen a la opinión pública. Difusión, divulgación, transmisión a la sociedad… son conceptos en los que el ministerio de Pedro Duque trabaja para que los ciudadanos conozcan qué hace la ciencia española, que es, insistió, «puntera e innovadora». 

Otros retos son promover las vocaciones científicas entre los jóvenes, lograr la igualdad entre hombres y mujeres, facilitar el trabajo de los científicos y luchar contra las seudociencias.

La humorista Raquel Sastre ofreció el monólogo «Ciencia en español: cómo hacer que dé la vuelta al mundo». Una intervención creada por la guionista murciana en clave de humor y que arrancó numerosas risas de los asistentes. Sus consejos se resumen en cuatro puntos: exportar la producción en español (en ciencia, arte, música y demás disciplinas), hacer buena ciencia y publicarla en español (con ironías hacia la hegemonía del inglés), conseguir el acceso libre y gratuito a las publicaciones científicas y conservar a nuestros investigadores, evitando su marcha al extranjero por razones laborales.

El papel del periodismo científico

La mesa redonda «La comunicación científica 500 años después de la primera vuelta al mundo. El papel del periodismo sobre ciencia en el siglo XXI» reunió a continuación a cinco expertos. 

Javier Cacho (científico miembro de la primera expedición científica a la Antártida y divulgador) repasó la evolución histórica de las expediciones, desde el secretismo de las primeras –desvelarlas llevaba a la horca– hasta la plena divulgación y publicidad de las actuales. 

Joana Lobo Antunes (divulgadora y directora de la Red Portuguesa de Comunicación) abordó la figura de su compatriota Fernando de Magallanes, considerado por algunos portugueses como «pesetero e incluso traidor» por pedir financiación al rey de España. La primera circunnavegación solo es comparable con las misiones espaciales de estas últimas décadas, apostilló. 

Pampa García Molina (periodista científica y redactora jefa de la agencia SINC) propuso que los medios no solo informen de hallazgos y resultados, sino también de procesos y errores, así como de las historias humanas que hay detrás de toda investigación, para que los descubrimientos no se vean como «una verdad revelada». 

Pere Buhigas (director del programa de ciencia Lab24 de RTVE) animó a los periodistas a trabajar para «aumentar la masa crítica: a más ciencia, más interés por la ciencia», y propuso dar visibilidad a los científicos más allá del día que logran un hallazgo. 

El moderador, Antonio Calvo Roy, reivindicó el papel del periodista científico y la importancia de una buena política de comunicación, como lo demuestra la excelente imagen pública de, por ejemplo, todo lo relacionado con las excavaciones paleontológicas de Atapuerca (Burgos). Calvo es presidente de la Asociación Española de Comunicación Científica, que ha colaborado con el Departamento de Prensa del Instituto Cervantes en la organización de la jornada.

Las preguntas de un público muy participativo permitieron abordar asuntos como la invasión de las mentiras y bulos (fake news), la necesidad de la filantropía, la imagen de una ciencia «adocenada y sometida al poder», la necesidad de inversión y mecenazgo, los conocimientos del periodista («no puede saber de todo») o las dificultades para explicar a la opinión pública cuestiones tan complejas como el bosón de Higgs. 

El prestigioso oceanógrafo Carlos Duarte, premio Nacional de Investigación, cerró la jornada con la conferencia «La Expedición Malaspina 2010 en 20 titulares». A través de su amplia repercusión en prensa y de los hallazgos científicos conseguidos, pasó revista a aquella pionera iniciativa española que navegó 70.000 kilómetros en 280 días para explorar los océanos, sobre todo sus profundidades, gracias a una financiación de más de cinco millones de euros.

Biografías de los ponentes.

 


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