El Instituto Cervantes prevé ingresar 52 millones por actividades propias, un 13% más que en 2016
28 de abril de 2017
- El director, Juan Manuel Bonet, expone las «buenas noticias presupuestarias» en el Congreso de los Diputados
- Con 120 millones de presupuesto este año, crece la autofinanciación y se reducen las transferencias del Estado
El Instituto Cervantes aumentará sus ingresos este año en 6,2 millones de euros (un 13% más que el año anterior) y su presupuesto superará los 120 millones (5,2 millones más que en 2016), anunció hoy el director de la institución, Juan Manuel Bonet, en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados.
Los ingresos por actividades propias, previstos en 52,4 millones de euros, crecerán gracias al denominado Proyecto Nacionalidad, a los cursos de español (presenciales y por internet), la certificación lingüística y la cesión de espacios. Estas son las grandes líneas del proyecto de presupuesto del Instituto Cervantes para 2017 que expuso Bonet en su primera comparecencia ante la Cámara Baja desde que tomó posesión del cargo en febrero.
Bonet destacó que el proyecto “llega con buenas noticias presupuestarias”, ya que esos 52,4 millones de euros que ingresará por actividades propias suponen un incremento “muy importante” de más de seis millones respecto al ejercicio anterior (un 13,3% más).
El aumento de ingresos se conseguirá principalmente gracias al Proyecto Nacionalidad que el Cervantes lleva a cabo en colaboración con el Ministerio de Justicia para desarrollar e implantar dos tipos de pruebas: de conocimientos lingüísticos (el diploma de español DELE) y de conocimientos constitucionales y socioculturales de España (CCSE, por sus siglas). Ambas pruebas se exigen para la obtención española por residencia y para los sefardíes originarios de España, y las gestiona el Instituto Cervantes a través de una extensa red de centros de examen en España y en el exterior.
Pero no será esa la única vía para obtener nuevos ingresos ordinarios. También los habrá gracias a otras iniciativas, como los cursos presenciales para ciertos colectivos y en ciertos entornos geográficos (especialmente Asia); el curso de español por internet (AVE Global); los cursos de Formación de Profesores; las cesiones de espacios y, especialmente, todo lo relacionado con la certificación lingüística.
En este sentido, Bonet destacó los certificados del DELE dirigidos a escolares, con los que el Cervantes accede a nuevos públicos con gran éxito; y el nuevo certificado de español en línea, el SIELE (Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española), que el Instituto puso en marcha en colaboración con la Universidad de Salamanca, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Buenos Aires.
También se prevén nuevos ingresos por patrocinio (un millón de euros) y otros 800.000 euros por la cesión (alquiler) de espacios, “una tendencia creciente en los últimos ejercicios”.
Autofinanciación y gastos
Continúa la línea de fortalecer la autofinanciación. Mientras que los recursos propios suponen este año el 46% del total de ingresos, el resto (53%) proviene de transferencias del Estado, que se reducen en un millón de euros (bajan de 65 a 64 millones de euros).
Gracias al incremento de los ingresos, se plantea un aumento de más de cinco millones en el presupuesto de gastos, que superará los 120 millones de euros (un 4,5% más que el presupuesto inicial de 2016).
El capítulo de personal (59 millones) aumenta el 1,9%. El de gastos corrientes (55 millones) sube un 4,6%. El capítulo de inversiones (4,5 millones), que “no cubre las necesidades actuales”, crece en 1,5 millones para acometer proyectos que “ya no pueden esperar más”, como el traslado de la sede de Beirut o la reforma de la biblioteca de París.
Iberoamericanización y casa común del español
Por otro lado, la estrecha colaboración con Iberoamérica y el trabajo coordinado con las Embajadas iberoamericanas permiten organizar una notable actividad cultural en los centros del Cervantes. Todo ello consolida el proceso de iberoamericanización del Instituto, una línea de trabajo que impulsó el anterior director y que “está deparando magníficos resultados”, ya que “Iberoamérica está en el ADN de todos y cada uno de nuestros centros”.
La cooperación con la América hispanohablante se evidencia también con la instalación en la sede central del Cervantes en Madrid de tres importantes delegaciones: de la UNAM (México), el Instituto Caro y Cuervo (Colombia) y el Centro Cultural Inca Garcilaso (Perú). Esta presencia, dijo Bonet, “simboliza la voluntad del Instituto Cervantes de ser la casa común de cuantos hablamos y escribimos en español, y de cuantos desean aprender nuestro idioma o conocer mejor la cultura española y la iberoamericana”.
Agregó el compromiso de defender también las lenguas cooficiales del Estado y la producción cultural en catalán en gallego y en vasco, Para ello, incrementará las relaciones con entidades que las promocionan (Institut Ramon Llull, instituciones gallegas que se ocupan de cultura y el Instituto Etxepare). Ya hay en marcha, dijo, nuevos proyectos con las dos últimas y “confío en que pronto los haya relativos a la cultura catalana”.
Plan de choque cultural
Bonet reiteró su deseo de poner en marcha un plan de choque cultural que permita acometer actividades de mayor envergadura y convertir los centros del Cervantes en un “escaparate” de la creación actual.
Como anunció en su toma de posesión el pasado 8 de febrero, trabajará en diferentes frentes a la vez para implicar a entidades públicas y privadas: sociedad estatal A/CE, museos, fundaciones privadas… También tratará de conseguir en el futuro mayores transferencias del Estado y potenciar la coordinación con diferentes instituciones, tanto españolas como las entidades locales de los países donde está implantado.
El Cervantes, sentenció Bonet, es “una institución apreciada y considerada por todos los grupos políticos como una cuestión de Estado”. Recordó el “apoyo incondicional de la Corona” y afirmó que sigue siendo una institución “austera” que en estos últimos de restricciones presupuestarias ha conseguido paliar la disminución de transferencias del Estado por diversas vías: aumentando los ingresos por actividades propias, conteniendo el gasto, racionalizando los procedimientos y recursos y vendiendo una parte del patrimonio (edificios).
En el turno de respuestas a los grupos parlamentarios, elogió la labor desempeñada por el secretario general del Cervantes, Rafael Rodríguez-Ponga, sobre cuyas espaldas ha recaído desde 2012 el gran esfuerzo de contener el gasto y evitar la desaparición de centros (solo se cerraron Damasco y Gibraltar por cuestiones ajenas al Cervantes). Bonet respondía así a la portavoz del grupo popular, que recordó que, con el nombramiento de Rodríguez-Ponga hace cinco años, “perdimos un gran diputado pero ganamos un gran secretario general”.
Destacó además que se va a contar con un 10% más de presupuesto para actividades culturales, unos 300.000 euros. “No es suficiente, pero se va a notar”, recalcó, para añadir que “podemos encontrar mayores terrenos de colaboración cultural” con los organismos que promocionan las lenguas cooficiales, cuya enseñanza no es responsabilidad directa del Cervantes aunque éste ofrece clases de catalán, gallego y euskera si hay demanda suficiente.
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