La Caja de las Letras recibe el legado en homenaje a dos «pioneros» de la ingeniería, Agustín de Betancourt y Amable Liñán

Madrid, 30 de octubre de 2025

El ingeniero Amable Liñán, en el centro acompañado a su izqda. por su esposa, deposita su legado en la caja 1161; a la izqda, el presidente de la Real Academia de Ingeniería, Jaime Domínguez, y a la dcha. la secretaria general del Cervantes, Carmen Noguero.
  • El legado de Betancourt, de quien se conmemora el bicentenario de su fallecimiento, incluye un facsímil de su obra Memorias de las Reales Minas del Almadén
  • Liñán ha entregado a la caja número 1161 del Instituto Cervantes su discurso de ingreso a la Real Academia de Ciencias Exactas

La Caja de las Letras del Instituto Cervantes ha recibido hoy el doble legado de la Real Academia de Ingeniería en homenaje a los ingenieros Agustín de Betancourt (Puerto de la Cruz, 1758 – San Petersburgo 1824) y Amable Liñán, dos «pioneros» cuyas contribuciones «han mejorado la vida» de la sociedad actual y creado «un futuro mejor».

En el acto han intervenido la secretaria general del Instituto Cervantes, Carmen Noguero, y el presidente de la Real Academia de Ingeniería, Jaime Domínguez Abascal, además de los académicos Amable Liñán, José Antonio Martín Pereda y César Dopazo García.
 
«Hoy reconocemos no solo sus logros individuales, sino el impacto colectivo de su trabajo en la sociedad: sus contribuciones han mejorado la vida de una manera que hoy damos por sentada. Que su ejemplo nos motive a seguir explorando y creando un futuro mejor para todos», ha remarcado el presidente de la Real Academia de Ingeniería, Jaime Domínguez.
 
Por un lado, el legado de Agustín de Betancourt, de quien se conmemora el bicentenario de su fallecimiento y cuyo depósito ha sido introducido en la caja número 1160, ha consistido en un facsímil de Memorias de las Reales Minas del Almadén, obra del propio homenajeado que fue publicada en 1783 y que se trata del ejemplar 125 de una serie limitada de 2000 obras.
 
Este depósito se ha completado con la biografía de Betancourt, Un ingeniero entre dos revoluciones, de José Antonio Martín Pereda. «No hubo entorno científico y tecnológico que le fuera ajeno. Desde su curiosidad en los primeros años hacia las nuevas máquinas de volar a su profundo análisis de las minas de Almadén, nada quedó fuera de lo que aspirara a desarrollar para el beneficio de su entorno», ha apuntado Martín Pereda.
 
Dos discursos de investidura
 
Asimismo, Liñán ha entregado a la caja número 1161 del Instituto Cervantes dos de sus discursos, el primero con el que ingresó en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y el segundo, su discurso de investidura como Doctor Honoris cause de la Universidad de Santiago de Compostela.
 
También una biografía escrita por el ingeniero aeronáutico de AENA, Luis Utrilla, bajo el título Amable Liñán en busca del fulgor del fuego, así como dos artículos representativos de sus publicaciones científicas escritas en inglés.
 
«Mis actividades docentes e investigadoras no responden a una vocación previa, sino que se han ido desarrollando espontáneamente, impulsadas por las circunstancias muy afortunadas con que me he encontrado», ha explicado Liñán, para quien los éxitos de sus investigaciones «no tienen que ver con una capacidad intelectual excepcional, sino al análisis y ordenación de conocimientos».
 
«También ha influido mi actitud optimista respecto a las personas, que me ha impulsado a recabar con mucho éxito la ayuda de los demás para mis empeños. Gracias a ellos he podido dedicar la mayor parte de mis energías a los estudios, la enseñanza y la investigación», ha concluido.
 
El español de ciencia e innovación
 
La secretaria general del Instituto Cervantes, Carmen Noguero, ha recordado, durante el acto homenaje a «dos referentes», que el español «no es solo la lengua del Quijote o conversación, sino también de ciencia e innovación, que sirve de puentes de comprensión».
 
Por un lado, ha calificado a Betancourt de «visionario incansable, que trascendió fronteras» en la ingeniería moderna. Por el otro, ha reconocido a Liñán como «una de las mentes más brillantes de la ciencia española contemporánea», cuya obra «establece puentes entre la investigación básica y la tecnología».
 
Tras la entrega del legado, el Instituto ha acogido una mesa redonda dedicada a reflexionar sobre el valor social de la ingeniería y su impacto en el desarrollo de las sociedades contemporáneas, en la que han intervenido María Vallet Regí, Joaquim Coello Brufau e Ignacio Pérez Arriaga, miembros de la Real Academia de Ingeniería.
 
Biografía de dos «referentes»
 

Ingeniero y científico canario, Betancourt trabajó en las cortes de Madrid y San Petersburgo. Desarrolló sus estudios en los Reales Estudios de San Isidro y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en los que demostró su gran competencia, lo que llevó a que el conde de Floridablanca le encargara la supervisión de las minas de Almadén, labor que quedó reflejada en su Memorias de las Reales Minas de Almadén (1783).
 
En 1784 viajó a París para ampliar sus estudios y, en 1788, se trasladó a Inglaterra en misión de espionaje industrial y logró conocer a James Watt y ver una máquina de vapor de doble efecto que se mantenía en secreto. De vuelta en París pudo reproducir una de estas máquinas y publicó su Mémoire sur la force expansive de la vapeur de l'eau (1790).
 
De vuelta a España, su enfrentamiento con Godoy le llevó a exiliarse en Francia en 1807 para instalarse un año después en San Petersburgo al servicio del zar Alejandro I, llegando a ser nombrado mariscal del ejército imperial. En 1817 inició uno de los grandes proyectos de su vida, la creación de una nueva feria de Nizhni Nóvgorod. Tras retirarse en 1824, murió pocos meses después.
 
En cuanto a Liñán, es doctor ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid.  Es autor de más de 140 publicaciones en revistas nacionales e internacionales en Mecánica de Fluidos y Combustión, y co-autor, con Forman Williams, del libro Fundamentals of Combustion Science (Oxford University Press, 1993).
 
Es también Miembro de la Real Academia de Ciencias y Miembro Asociado Extranjero de la Academia de Ciencias de Francia, Miembro correspondiente de la Academia de Ingeniería de México y de la Academia Canaria de Ciencias. Fellow del Institute of Physics y de la American Physical Society.
 
Además, ha sido nombrado, entre otros, doctor honoris causa por la Universidad Carlos III, por la Universidad de Zaragoza y por las Universidades Politécnicas de Cataluña y Valencia. Fue Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1993.


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